Filiberto Vargas Rodríguez
Los tiempos de Erick
El problema del subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, fue que lo sacaron de su “parea de confort”. Lo suyo es el acuerdo “en cortito”, la intriga “underground”, lo más lejano al dominio de las masas, al control de las multitudes.
El problema del subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, es que cuando las cosas se le salen de control, lo único que le queda es recurrir a la amenaza… Amenaza absurda, pero al fin amenaza, de alguien que tiene el Poder del Estado, y en una de esas ni siquiera sabe la responsabilidad que eso acarrea.
Pero entre la impotencia y la amenaza abierta, el subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández se dio tiempo para repartir las culpas (que entre más, pesan menos) y dijo que el responsable de origen es Adolfo Mota Hernández, titular del sector educativo, y que la alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales, debería presentar la denuncia penal, para permitir que la acéfala Procuraduría de Justicia pudiera actuar.
El argumento del “alto funcionario” no es más que una trampa. Cada asunto que debe atender la Subsecretaría de Gobierno tiene, por su naturaleza, relación con una cabeza de sector. Sus casos tienen que ver con la educación, con el campo, con la salud, con la economía, con lo electoral.
Y esa es su verdadera función, –de la Subsecretaría de Gobierno- que los conflictos que rebasan el ámbito institucional, los que corren el riesgo de convertirse en crisis, sean atendidos por un equipo de especialistas, de los llamados “operadores políticos”.
El problema es cuando esos conflictos se quieren resolver “a la fideliña”, esto es, a base de promesas que desactiven el movimiento. Los dirigentes del SITEV crecieron, se fortalecieron y aprendieron las mañas en la anterior administración. No se iban a dejar sorprender tan fácilmente.
A las 10 de la mañana del lunes levantaron el bloqueo a la Secretaría de Educación de Veracruz, pues el compromiso de Erick Lagos Hernández era que para el medio día de ese mismo lunes ya se estarían tomando las primeras medidas contra el grupo que se apoderó de las oficinas del sindicato, toda vez que las denuncias penales ya habían sido ratificadas.
Con razón o sin ella, ellos reaccionaron a una promesa del funcionario estatal, promesa que no fue cumplida y que desencadenó en uno de los más prolongados y caóticos bloqueos en Xalapa.
Erick Lagos -lo mismo que el Gobernador Javier Duarte de Ochoa- fue formado en el estilo fidelista de hacer política. Los conflictos sociales se resuelven en los primeros minutos y luego se ve cómo se acomodan los compromisos. En ésta le salió mal, y quedó exhibido ante una turba cansada, enardecida, harta de ser engañada.
Y el control de multitudes no es el fuerte de Erick Lagos Hernández.
Toca, ahora sí, resolver el problema “por lo bajito”, con un par de cañonazos de billetes, con más plazas del magisterio, con promesas de posiciones políticas en el futuro, vaya, la materia que sí domina Erick Lagos Hernández.
Ni Adolfo Mota, ni Guillermo Herrera, ni Elizabeth Morales salen manchados en este problema. Toda la porquería cayó en la cabeza del Subsecretario de Gobierno.
Dicen los fidelistas que en la política hay tiempos de sumarse, y tiempos de sumirse.
A Erick Lagos Hernández, hoy le toca esto último.
Los tiempos de Erick
El problema del subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, fue que lo sacaron de su “parea de confort”. Lo suyo es el acuerdo “en cortito”, la intriga “underground”, lo más lejano al dominio de las masas, al control de las multitudes.
El problema del subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, es que cuando las cosas se le salen de control, lo único que le queda es recurrir a la amenaza… Amenaza absurda, pero al fin amenaza, de alguien que tiene el Poder del Estado, y en una de esas ni siquiera sabe la responsabilidad que eso acarrea.
Pero entre la impotencia y la amenaza abierta, el subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández se dio tiempo para repartir las culpas (que entre más, pesan menos) y dijo que el responsable de origen es Adolfo Mota Hernández, titular del sector educativo, y que la alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales, debería presentar la denuncia penal, para permitir que la acéfala Procuraduría de Justicia pudiera actuar.
El argumento del “alto funcionario” no es más que una trampa. Cada asunto que debe atender la Subsecretaría de Gobierno tiene, por su naturaleza, relación con una cabeza de sector. Sus casos tienen que ver con la educación, con el campo, con la salud, con la economía, con lo electoral.
Y esa es su verdadera función, –de la Subsecretaría de Gobierno- que los conflictos que rebasan el ámbito institucional, los que corren el riesgo de convertirse en crisis, sean atendidos por un equipo de especialistas, de los llamados “operadores políticos”.
El problema es cuando esos conflictos se quieren resolver “a la fideliña”, esto es, a base de promesas que desactiven el movimiento. Los dirigentes del SITEV crecieron, se fortalecieron y aprendieron las mañas en la anterior administración. No se iban a dejar sorprender tan fácilmente.
A las 10 de la mañana del lunes levantaron el bloqueo a la Secretaría de Educación de Veracruz, pues el compromiso de Erick Lagos Hernández era que para el medio día de ese mismo lunes ya se estarían tomando las primeras medidas contra el grupo que se apoderó de las oficinas del sindicato, toda vez que las denuncias penales ya habían sido ratificadas.
Con razón o sin ella, ellos reaccionaron a una promesa del funcionario estatal, promesa que no fue cumplida y que desencadenó en uno de los más prolongados y caóticos bloqueos en Xalapa.
Erick Lagos -lo mismo que el Gobernador Javier Duarte de Ochoa- fue formado en el estilo fidelista de hacer política. Los conflictos sociales se resuelven en los primeros minutos y luego se ve cómo se acomodan los compromisos. En ésta le salió mal, y quedó exhibido ante una turba cansada, enardecida, harta de ser engañada.
Y el control de multitudes no es el fuerte de Erick Lagos Hernández.
Toca, ahora sí, resolver el problema “por lo bajito”, con un par de cañonazos de billetes, con más plazas del magisterio, con promesas de posiciones políticas en el futuro, vaya, la materia que sí domina Erick Lagos Hernández.
Ni Adolfo Mota, ni Guillermo Herrera, ni Elizabeth Morales salen manchados en este problema. Toda la porquería cayó en la cabeza del Subsecretario de Gobierno.
Dicen los fidelistas que en la política hay tiempos de sumarse, y tiempos de sumirse.
A Erick Lagos Hernández, hoy le toca esto último.