viernes, 13 de mayo de 2011

Expediente 2011

 El que paga… manda
Luis Velázquez Rivera

De acuerdo con el Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016, hay en la entidad 100 periódicos y revistas, 50 portales, dos televisoras comerciales y otras más de cable.

Y lo curioso es que todos, sin excepción, tienen viven. Unos, gran capital económico y político. Otros, ahí la llevan.
Y luego de que el alcalde de Tuxpan, Alberto Silva, El cisne, demandó ‘’por mercenarios’’ a ¿dos trabajadores de la tecla?, ¿chantajistas?, presos en el penal de la región, habría de preguntarse cuáles son los medios de financiamiento de la mayoría de los medios de información en Veracruz.


Hipótesis:

Un medio vive, y vive bien, en primera instancia, del tiraje y del raiting. ¿Tendrán suficiente circulación los medios para obtener un ingreso digno y decoroso y ser autosuficientes?

La prensa escrita, hablada y digital apuesta, de igual manera, al ingreso de la publicidad comercial (la más barata) y política (la más cara).

Habría, entonces, de tabularse la publicidad que cada medio tiene para determinar, con un estudio financiero, si la publicidad engendra su autonomía, y por añadidura, su independencia.

Periódicos, noticieros y portales suscriben, por regla general, un convenio con el gobierno de Veracruz, el Poder Legislativo y los alcaldes, entre otros, a cambio de publicar boletines y fotografías de prensa, y, además, publicarlas en primera plana a ocho columnas.

Así, la historia demuestra que los medios ganan más por el subsidio (dinero de los contribuyentes)… que por el tiraje y la publicidad.

Incluso, hay medios que en Veracruz, como en el resto del país, sobre todo en provincia, únicamente circulan en las oficinas de gobierno para que el funcionario tenga conocimiento y poder cobrar el embute mensual.

La historia también certifica que un medio, por lo regular, vive más y mejor por ocultar, esconder, minimizar, distorsionar y manipular una información riesgosa, peligrosa e incómoda para el gobernador (y su séquito) en turno.

Los medios tienen así un ingreso insospechado que ni un contador puede calcular, porque suele tratarse de dinero en efectivo pagado en lo oscurito para evitar testigos.

Otro filón de oro para los medios es desatar campañas en contra del enemigo y adversario de quien paga, pues quien paga… manda.

Bastaría un monitoreo durante uno, dos meses a un medio para detectar los intereses a quien sirve… a cambio, claro, del billete.

Otra fuente de ingresos de los medios es lograr concesiones de obra pública y servicios de los gobiernos estatal y municipal (acuérdense de la concesión Fidelista de parquímetros en Poza Rica y Veracruz) durante, mínimo, seis y tres años, creándose, en consecuencia, fortunas sexenales. A cambio, el medio alaba sin cesar al político generoso con la canonjía y el privilegio (con un dinero que proviene del erario).

En términos generales, una rotativa, por ejemplo, únicamente se ocupa en las noches para imprimir un periódico.

El hecho y la circunstancia sirven para que el medio, por ejemplo, maquile otros periódicos y revistas.

Y de ser necesario, el magnate periodístico compre una imprenta especial para imprimir hasta libros, digamos, de los gobiernos estatal y municipales, integrando negocios adicionales… a cambio, por supuesto, del incienso en sus páginas y columnas y en los espacios audiovisuales.

En el gobierno de Veracruz, por ejemplo, hay un rubro llamado ‘’Fondo perdido’’ a través del que otorgan créditos a los ciudadanos y sostener un negocio. Por ahí existe otra vertiente para los medios.

Los dueños de algunos medios, por ejemplo, han recibido en la historia sexenal ‘’en pago a los servicios prestados a la elite gobernante’’ la construcción de una presa derivadora de aguas para sus ranchitos, donde siembran, no cultivos básicos, sino caña, digamos, que es un cultivo generoso (‘’y de flojos’’ dicen quienes saben), además de tener un hato ganadero, con ordeña y engorda. Todo, gracias a la palabra escrita.

En unos medios, el cuerpo directivo trafica influencias para conseguir obra pública por dedazo a favor de un constructor, un ingeniero, un arquitecto. Y a cambio, el beneficiado otorga el diezmo y/o doble diezmo al periodista. (Y si esa gestoría se traduce por seis años, ya imaginará usted el ingreso constante y sonante).

¿Hay en Veracruz narcoempresarios periodísticos, narcomedios, narcoreporteros, etcétera? Por allí también existe una fuente de ingresos en el México de hoy.

¿Cuántos propietarios y directivos de medios han integrado un grupo político para acceder al poder y viceversa, de igual modo como le recomendara Álvaro Obregón a Plutarco Elías Calles, cuando estaban a punto de ganar la presidencia de la república, y/o en todo caso anticipándose al modelo Silvio Berlusconi en Italia?

¿Cuántos medios son creados en Veracruz para proteger intereses y ganar posiciones, privilegios y canonjías, más allá, mucho más allá de los ideales periodísticos?

En el estado de Veracruz se publican, todos los días, un aproximado de cien columnas periodísticas, ¿y en cuántas hay francotiradores agazapados, al servicio de quien paga?
El periodismo también es una empresa comercial. Y el cliente número uno (con frecuencia el único) es el gobierno. Y los medios de igual manera deben, están obligados a pasar por la austeridad. Pero, claro, si la palabra impresa causa más daño que las balas, ni modo. Por eso hay tantos periódicos, noticieros y portales…