Por Alma Celia San Martín
El resto de la población debe aprender y apostar por una comercialización justa, basada en los valores sociales, como es el caso de túmin ¦ Fotover
El ingreso del túmin (“dinero”, en totonaco) como moneda de cambio o trueque fortalece sustancialmente los procesos de revalorización respecto a la organización de los pueblos indígenas, afirma Ascensión Sarmiento Santiago, investigador de la Unidad de Enlace Académico de la Universidad Veracruzana (UV) en Poza Rica.
Ello es importante debido a que la cultura de estos pueblos está centrada en la equidad e igualdad de un producto o servicio por otro de los cuales se hace la comercialización.
Señaló que el resto de la población debe aprender y apostar por una comercialización justa, basada en los valores sociales, como es el caso de túmin.
“Para que el túmin funcione es necesario el compromiso y la involucración de la sociedad en general, considerando que los procesos de comercialización involucran a pueblos indígenas y no indígenas, fomentando la inclusión recíproca desde la interculturalidad misma en las prácticas comerciales en contextos poco favorecidos económicamente”.
Sarmiento Santiago indicó que se pueden subsistir desde una perspectiva sustentable a través de estas prácticas comunitarias.
De acuerdo con Álvaro López Lobato, del Centro de Investigación Intercultural para el Desarrollo AC, y Juan Castro Soto, de la Red Unidos por los Derechos Humanos, este proyecto lo impulsan junto con docentes y estudiantes de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) sede Totonacapan, con la finalidad de promover desde la práctica una educación cooperativa para el desarrollo comunitario.
La idea es fortalecer la economía local, para que la gente consuma lo que en su comunidad se produce, usando lo que ellos llaman túmin, que ayuda a intercambiar sus productos.
“Mientras que el dinero se fuga en los grandes comercios el túmin se recicla, ya que es autosustentable, nunca se va de la comunidad, ello porque solamente se acepta entre los participantes”.
Explicó que el túmin sólo se distribuye entre quienes puedan ofrecer una mercancía, alguien que tenga un bien o en todo caso quien realice un oficio que pueda ser útil a la población.
Este modelo implementado en la cabecera municipal de Espinal, donde se ubica la sede de la UVI, otorga la libertad a los pobladores de participar de manera abierta, para ello tendrán que solicitar su participación ante la Comisión Bancaria, la cual está conformada por un integrante de la Red, otra del centro y un representante de la UVI.
Ello es importante debido a que la cultura de estos pueblos está centrada en la equidad e igualdad de un producto o servicio por otro de los cuales se hace la comercialización.
Señaló que el resto de la población debe aprender y apostar por una comercialización justa, basada en los valores sociales, como es el caso de túmin.
“Para que el túmin funcione es necesario el compromiso y la involucración de la sociedad en general, considerando que los procesos de comercialización involucran a pueblos indígenas y no indígenas, fomentando la inclusión recíproca desde la interculturalidad misma en las prácticas comerciales en contextos poco favorecidos económicamente”.
Sarmiento Santiago indicó que se pueden subsistir desde una perspectiva sustentable a través de estas prácticas comunitarias.
De acuerdo con Álvaro López Lobato, del Centro de Investigación Intercultural para el Desarrollo AC, y Juan Castro Soto, de la Red Unidos por los Derechos Humanos, este proyecto lo impulsan junto con docentes y estudiantes de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) sede Totonacapan, con la finalidad de promover desde la práctica una educación cooperativa para el desarrollo comunitario.
La idea es fortalecer la economía local, para que la gente consuma lo que en su comunidad se produce, usando lo que ellos llaman túmin, que ayuda a intercambiar sus productos.
“Mientras que el dinero se fuga en los grandes comercios el túmin se recicla, ya que es autosustentable, nunca se va de la comunidad, ello porque solamente se acepta entre los participantes”.
Explicó que el túmin sólo se distribuye entre quienes puedan ofrecer una mercancía, alguien que tenga un bien o en todo caso quien realice un oficio que pueda ser útil a la población.
Este modelo implementado en la cabecera municipal de Espinal, donde se ubica la sede de la UVI, otorga la libertad a los pobladores de participar de manera abierta, para ello tendrán que solicitar su participación ante la Comisión Bancaria, la cual está conformada por un integrante de la Red, otra del centro y un representante de la UVI.