Papantla.-- Cuando andan tras el voto para ocupar cargos públicos los políticos se acercan a los representantes de la prensa. Buscan los reflectores y la imagen de la televisión, la voz de la radio o la palabra escrita, quieren que se hable de ellos, requieren de publicidad y si bien cuando llegan al poder los que les va bien, unos, los pocos, siguen en contacto y a puertas abiertas y dialogo directo con los comunicadores. No cortan la vuelta así sean comprometedores los cuestionamientos. Esos son los políticos y funcionarios públicos con vocación, hombres o mujeres con madurez como seres humanos y como políticos y sobre todo, como servidores públicos. Y esto viene al caso por la conducta una vez que asumió la presidencia de Xalapa, adoptó Elizabeth Morales al meterse cual tortuga en su concha y no asoma la cabeza si llegan periodistas para entrevistarla. Como candidata no había día, tarde o noche en que no se acercara a los medios para hacer declaraciones sobre sus proyectos, metas y sueños, para que hablaran de ella.
Así llevó su campaña Betty, ganó y ya sentada en el poder se olvidó de destinar tiempo a los reporteros; de hacer declaraciones pero no de asignarse un salario que dicen no es nada despreciable sino al contrario, no comparable con otros ediles que se apegan a la saludable y honesta medianía para hacer frente a las demandas sociales, con el presupuesto asignado al municipio. Ya salió a flote que su salario está en 35 mil pesos pero el bono de compensación arriba de 250 mil pesos. O sea, 300 mil pesos. Por eso la semana pasada cuando llegaron a la antesala de su despacho un grupo de periodistas para solicitar una entrevista relacionada con su salario, que se volvió clamor general en el municipio que inspiró con sus jardines de flores a don Juan S. Garrido para la composición “Noche de luna en Xalapa”, no fueron recibidos Se quedaron con las ganas los comunicadores. La alcaldesa no salió ni para dar una disculpa a los reporteros y como el que calla u omite confrontarse con quienes cubren información pública, otorga, debe darse por hecho que el sueldo de la alcaldesa jalapeña no es modesto sino todo lo contrario, extremadamente abultado.
Y si ella siendo mujer se aplicó un salario superior, ¿cuánto estarán ganando también los alcaldes de los municipios más importantes y que por cierto es deber y obligación darlo a conocer? Los pueblos tienen todo el derecho de saber cuánto perciben de salario ganan sus representantes municipales, incluso estatales y federales y éstos la obligación de darlo a conocer. Las cuentas de los funcionarios públicos tienen que ser abiertas. A ver qué alcalde o cuántos alcaldes abren la información sobre el monto de su paga aunque podría ser modesto, pero aumentado con los bonos o la “operación uña”. En Xalapa Elizabeth Morales puso el mal ejemplo de que cuando hay ambición y cero recato para llevarse lo que le pertenece al pueblo porque ahí están sus impuestos y es obvio que hay mas y que, sobre la marcha de su trienio no después, deben ser auditados para frenarlos a tiempo. Si Javier Duarte ordenó la cacería de ex alcaldes corruptos y los metió tras de las rejas, que ahora comience temprano para que los presidentes de mano fácil no metan las uñas al presupuesto destinado a los Ayuntamientos, para responder a las demandas populares. Lo de Elizabeth Morales está dando la pauta no solo para vigilar estrechamente a los alcaldes en el manejo de los dineros públicos, sino también al ORFIS de cuyas filas han aparecido funcionarios que sin ser alcaldes se llevan buenas ganancias “tapando” saqueos en Ayuntamientos. Los que vigilan desde el ORFIS el manejo de los recursos públicos, también deben ser vigilados porque se sospecha de ellos…Es todo, por hoy.