- Como por arte de magia desaparecieron de la orden del día las reformas constitucionales promovidas por Duarte
- Le meten reversa a las reformas constitucionales: la aplanadora priísta no contaba con todos sus miembros.
Miércoles, 11 de mayo de 2011
Ocurrieron muchas cosas durante la antesala de la sesión del día de hoy que en la cartelera estelar presentaba a las dos iniciativas para modificar la constitución que Javier Duarte presentó el pasado mes de abril.
En el recinto legislativo sentíase el nerviosismo, agendábanse reuniones muchas, veíase movimiento harto y mostrábanse caras largas varias.
El anteproyecto de la orden del día ya se había turnado a los diputados de todos los partidos, los reporteros afinaban información para enfocar las preguntas para lo que serían los temas del día: elevar a 4 años los periodos de los alcaldes y modificar el formato del informe de gobierno para que Duarte no comparezca sino que sólo entregue un documento al poder legislativo, ambas propuestas constituyen reformas constitucionales.
De pronto, cesan las reuniones, pero sigue sintiéndose el nervio, se sigue viendo movimiento pero vemos como se empiezan a acomodar las caras largas y, acto seguido, empiezan a rolar la “nueva” orden: oh sorpresa, se eliminan de esta a los dos temas de la cartelera estelar.
El artículo 84 de la constitución local establece que para modificar la constitución, se requiere que la reforma sea aprobada en dos periodos de sesiones ordinarias sucesivas, por el voto de las dos terceras partes de los miembros del congreso (además de la aprobación de la mayoría de los cabildos en sesión extraordinaria de cabildo cuestión que en estos momentos no nos ocupa).
Dos terceras partes de 50 diputados. Eso significa que se necesitan 34 diputados para reformar la constitución veracruzana. El grupo liderado por Carvallo Delfín cuenta en total con 29 legisladores.
- Le meten reversa a las reformas constitucionales: la aplanadora priísta no contaba con todos sus miembros.
Miércoles, 11 de mayo de 2011
Ocurrieron muchas cosas durante la antesala de la sesión del día de hoy que en la cartelera estelar presentaba a las dos iniciativas para modificar la constitución que Javier Duarte presentó el pasado mes de abril.
En el recinto legislativo sentíase el nerviosismo, agendábanse reuniones muchas, veíase movimiento harto y mostrábanse caras largas varias.
El anteproyecto de la orden del día ya se había turnado a los diputados de todos los partidos, los reporteros afinaban información para enfocar las preguntas para lo que serían los temas del día: elevar a 4 años los periodos de los alcaldes y modificar el formato del informe de gobierno para que Duarte no comparezca sino que sólo entregue un documento al poder legislativo, ambas propuestas constituyen reformas constitucionales.
De pronto, cesan las reuniones, pero sigue sintiéndose el nervio, se sigue viendo movimiento pero vemos como se empiezan a acomodar las caras largas y, acto seguido, empiezan a rolar la “nueva” orden: oh sorpresa, se eliminan de esta a los dos temas de la cartelera estelar.
El artículo 84 de la constitución local establece que para modificar la constitución, se requiere que la reforma sea aprobada en dos periodos de sesiones ordinarias sucesivas, por el voto de las dos terceras partes de los miembros del congreso (además de la aprobación de la mayoría de los cabildos en sesión extraordinaria de cabildo cuestión que en estos momentos no nos ocupa).
Dos terceras partes de 50 diputados. Eso significa que se necesitan 34 diputados para reformar la constitución veracruzana. El grupo liderado por Carvallo Delfín cuenta en total con 29 legisladores.
¿Cuál será el motivo por el cual una propuesta del gobernador Duarte, que tiene mayoría en el congreso local, le meten reversa a ser votada, cuando ya todo estaba preparado? Unos cuantos suspicaces pudieron notar que la “arrolladora” (o aplanadora) banda priísta estaba incompleta: a la sesión del día de hoy, llegaron muy tarde, casi al final de la sesión Américo Zúñiga Gallegos (PRI), Ricardo García Escalante (aunque pertenece al PAN, últimamente se le ha identificado con el PRI), Ulises Ochoa y no asistió a la sesión Gustavo Moreno (estos dos últimos de Nueva Alianza y es más que sabido que votan para el PRI).
Con estas importante ausencias, es notorio que Javier Duarte y el grupo legislativo del PRI, no quisieron arriesgarse someter a votación una ley por demás visceral, arbitraria y que por obvias razones sería bateada por la oposición por más que ya se haya hecho notar la existencia de algunos planchados de todos los partidos que ya se han destacado en votaciones importantes.
En síntesis: le metieron reversa a una propuesta caprichosa y poco redituable (Ojo, “poco redituable”, porque sólo reditúa a unos pocos) que se pensaba aprobar sin haber sido ya no discutida, porque al saberse de mayoría saben que no vale la pena subirse al podio a pelear, por lo menos comentada y mucho menos estudiada.
Con estas importante ausencias, es notorio que Javier Duarte y el grupo legislativo del PRI, no quisieron arriesgarse someter a votación una ley por demás visceral, arbitraria y que por obvias razones sería bateada por la oposición por más que ya se haya hecho notar la existencia de algunos planchados de todos los partidos que ya se han destacado en votaciones importantes.
En síntesis: le metieron reversa a una propuesta caprichosa y poco redituable (Ojo, “poco redituable”, porque sólo reditúa a unos pocos) que se pensaba aprobar sin haber sido ya no discutida, porque al saberse de mayoría saben que no vale la pena subirse al podio a pelear, por lo menos comentada y mucho menos estudiada.