viernes, 14 de enero de 2011

ES HORA DE ACTUAR

PUNTO DE VISTA
Filiberto Vargas Rodríguez

A ver. No nos hagamos bolas.

El hecho de que una casa encuestadora como Mitofsky (de muy mala reputación en Veracruz por cierto) incluya a Veracruz como uno de los sitios que preferiría la población del país para vivir, no quiere decir que la entidad esté blindada y a salvo de la violencia vinculada al crimen organizado.

En primer lugar la encuesta se refiere al puerto de Veracruz, no a toda la entidad, y en segundo lugar, la encuesta en todo caso recoge la percepción que se tiene en el resto del país acerca de las condiciones de seguridad, actividad económica, servicios y atractivos turísticos.

El hecho de que se tenga la percepción de que Veracruz es seguro no significa –ni tantito- que esa sea la realidad. Está más cerca del hecho de que las autoridades estatales se han esmerado en ocultar los hechos violentos que se registran en esa zona.

Quienes vivimos en Veracruz tenemos claro, en primer lugar, que los encuestados confunden a la ciudad de Veracruz con la de Boca del Río, cuando se refieren a ese sitio como uno de los ideales para descansar, vacacionar o divertirse. Sabemos también que hay en la entidad veracruzana mejores lugares para vivir que el puerto de Veracruz, sitio en el que las mafias han ido ganando terreno y son cada vez más altos los índices delictivos, los reales, no los que maquilla el gobierno estatal.

Las autoridades no han entendido que el desgastado discurso de que en Veracruz no se padece la violencia por la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado que sufren otras entidades, ya está gastado. Al ciudadano común y corriente, al que seguirá pagando tenencia vehicular, al que le cargan ahora una cuota por “saneamiento” en los recibos de agua, a pesar de no contar ni siquiera con drenaje, a ese ciudadano veracruzano que deberá pagar el desorden financiero que dejó Fidel Herrera Beltrán, no le interesa si se están matando en Michoacán, o en Guerrero, o en Nuevo León, o en Tamaulipas. Lo que ellos quieren es que las balas no pasen cerca de su familia. Y las autoridades nada están haciendo para evitarlo.

Los índices de violencia en Veracruz no son del nivel de esos estados, pero eso no es mérito de nuestras autoridades; se explica porque esos grupos delictivos no han escogido pelear por Veracruz. Si no actuamos ya para mejorar nuestras corporaciones policiacas, para mejorar las condiciones y la capacitación de nuestros policías, cuando decidan venir a disputar este territorio (que ya hay rumores de que esto podría ser muy pronto) viviremos los mismos infiernos que ahora se viven en el norte y en el Pacífico.

No es suficiente que se presuma de una supuesta coordinación con las corporaciones federales, cuando eso no es cierto. Trabajar en forma coordinada debe significar planear el fortalecimiento de las medidas preventivas de manera conjunta; aprovechar el Acuerdo Nacional de Seguridad para allegarle más recursos al estado, que se traduzcan en más patrullas, mejores armas, una capacitación efectiva y salarios dignos.

El territorio veracruzano tiene condiciones incomparables con cualquier otra entidad del país. Ningún otro estado colinda con tantas entidades como Veracruz. En ningún otro sitio hay tanta distancia entre dos pueblos, como la que existe entre Las Choapas y Pánuco.

Veracruz es un territorio estratégico para los grupos del crimen organizado del Golfo de México. Son 745 kilómetros de longitud por los que pueden llegar las embarcaciones cargadas de droga. Es una orografía que nos ofrece desde selvas hasta desiertos, que tiene sitios por debajo del nivel del mar, pero además cobija al pico más alto del país.

Veracruz tiene sus propias complejidades y si se quiere blindar un territorio tan vasto, es necesario empezar ya, antes de que nos alcance el “efecto cucaracha” y los que tengamos que salir de aquí seamos los ciudadanos pacíficos.