viernes, 21 de enero de 2011

DESPERTAR A TIEMPO

Romeo González Medrano
MUNICIPIOS DESAFORTUNADOS:
¡LA OTRA CARA!
 Parte II
             Si alguno de los 150 legisladores del Congreso de la Unión que en 1917 aprobó por unanimidad el Art 115 viviera y viera  lo que pasa hoy con los municipios de México ¡se volvería a morir pero….. ¡De coraje al ver el atraso económico y social en se encuentran la mayoría de estos, con ayuntamientos que ESTÁN MUY LEJOS DEL IDEAL DEL CONSTITUYENTE.
Y no se crea lector que ese atraso se da sólo en los muy pequeños. De hecho hay programas federales como del de Oportunidades que reconocen iguales o peores condiciones de marginalidad en los municipios más poblados.
Se dan casos en que ni sumando todas las fuentes de financiamiento alcanza para que cumplan con sus funciones básicas y menos con la incrementada responsabilidad después de la reforma de 1999; me refiero a sus funciones en materia de servicios públicos tales como: agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales; recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos;etc.
¿Qué nos revela el Art. 115 y sus múltiples reformas? Nos demuestra que los mexicanos somos muy dados a crear leyes y a creer que por ese solo hecho ya hemos cambiado la realidad. Por ejemplo, con la reforma citada el gobierno federal supuestamente procedió a llevar a cabo la descentralización de responsabilidades sociales del estado mexicano más nunca - y hasta la fecha-  se llevó a cabo una verdadera descentralización de recursos y potestades tributarias.
El caso de los servicios de agua potable, drenaje y tratamiento de aguas confirman lo anterior: Los municipios de Veracruz en el año de esa reforma recibieron un sistema hidrosanitario que ya arrastraba con necesidades de inversión  del orden de los 20,000 millones de pesos. ( hoy esa necesidad supera los 35 mil millones según CONAGUA).
 O sea, se descentralizó la responsabilidad de un servicio con grandes rezagos de inversión y carencias de todo género lo que jamás se ha compensado por ningún programa federal o  fuente de financiamiento que no sea el endeudamiento. Desde luego no todo ha sido responsabilidad federal, en este problema también pesa y mucho la función de “caja chica” desempeñada por los organismos operadores por lo que cada tres años aumenta su endeudamiento como el caso  de CMAS de Xalapa.
Ciertamente con el voto mayoritario de su municipio es suficiente para que un candidato a presidente municipal adquiera legitimidad jurídica más solo la eficacia, la transparencia, la rendición de cuentas y la entrega de resultados medibles son fuente legitimidad política de los gobernantes.
Con esta premisa se puede  decir que la mayoría de  los nuevos ayuntamientos de Veracruz son desafortunados y, sean del partido que sean, pocos serán los que en los 36 meses que dure su mandato concluirán con un saldo positivo, entre otras,  por las siguientes razones:
·         Los municipios padecen alta dependencia de las participaciones y apoyos de la federación y del Gobierno del Estado.
·         En 2011 el presupuesto autorizado por el pleno del Congreso del Estado para los 212 municipios indica que solo 6.1% o sea 13 de ellos recibirán más de 100 millones de pesos mientras que 93.9% recibirán menos de esa cantidad habiendo incluso 40 administraciones municipales que tendrán un presupuesto menor a los 10 millones de pesos.
·         La mayor parte del presupuesto municipal se destina al pago de nómina sin que esto se refleje en una mayor satisfacción de los usuarios de los servicios municipales.
·         Persiste una baja recaudación y renuencia a desafiar la respuesta ciudadana por incremento de impuestos. Pero no se dice que el enojo automático de la ciudadanía tiene su origen en la incredulidad y desconfianza sobre el destino de los impuestos.
·         Una cosa es la simple administración y otra muy distinta la capacidad de gestión. Es crónica la incapacidad para generar proyectos así como para cubrir la normatividad y tramitología de fondos y programas federales. Esta situación se agudiza aun más por la inexistencia de un servicio civil de carrera y la improvisación trianual de funcionarios.
·         El enorme retroceso social, por lo menos la mitad de los municipios veracruzanos, ocasionado por los fenómenos naturales, particularmente al afectarse la  infraestructura de servicios, vías de comunicación, vivienda, etc. En paralelo, los problemas que representa lo precario de recursos autorizados por el Congreso para este propósito y las dificultades para que lleguen con oportunidad.
·         El endeudamiento en el que quedaron la mayoría de los ayuntamientos.
·         Las lagunas de la Ley Orgánica del Municipio Libre, la negligencia de la Legislatura al respecto y las consecuencias en términos hacendarios y laborales.  
·         Enormes pasivos ambientales cuya atención exige montos de inversión que están muy lejos de la capacidad de las administraciones municipales.
 Es cierto que arriban presidentes municipales con demostrada experiencia en gobernar y administrar como son los de Córdoba, Boca del Río y Xalapa entre otros. Pero es la excepción no la regla. En cambio no son pocos los ediles que desconocen por completo lo que implica una administración municipal exitosa en los tiempos actuales. Muy pocos comprenden la diferencia entre administración y gestión municipal.
Debido al corto tiempo del que disponen para dar resultados, sin excepción los nuevos gobiernos municipales están emplazados a construir y demostrar unidad política, capacidad de gestión de recursos de fondos y programas federales y estatales y, desde luego, capacidad para ejercerlos con eficiencia, eficacia y transparencia. ¿Cuántos de los 212 ayuntamientos de Veracruz serán capaces de llenar este perfil?
Aunque el reporte político del Secretario de Gobierno del 31 de diciembre da cuenta que todos los eventos de toma de protesta trascurrieron “sin mayores problemas” lo difícil vendrá después ya que sin contar que más de 100 ayuntamientos –de todos colores-  terminaron financieramente quebrados - según lo aseguró el diputado Germán Yescas Aguilar-  vocal de la Comisión de Vigilancia en la LXII Legislatura, lo cierto es que los ayuntamientos  entrantes comparten el reto de insuficiencia de recursos presupuestales y  presiones sociales de todo calibre y procedencia en el sentido de que se cumplan con los compromisos contraídos de campaña.
Como lo he expresado en otros artículos, la renovación de poderes también es  la renovación de la esperanza. Un sentimiento  cada vez más desdibujado por la incredulidad cultivada por aquellos que no cumplieron o, lo que es peor, que defraudaron al electorado al incurrir en actos de corrupción nunca comprobados pero que para la ciudadanía son versiones creíbles ante deficiencias en la rendición de cuentas, la opacidad y evidencias de enriquecimientos inexplicables.
En otras palabras vivimos una nueva realidad política que exige nuevos equilibrios para empezar entre gobierno y sociedad. También se requiere de nuevos acuerdos entre la clase política local considerando que los ayuntamientos son cada vez más plurales y de baja legitimidad política. ¿Qué van a preferenciar, sus disputas y pretensiones electorales o la unidad y la eficacia en acuerdos de beneficio a la comunidad?
¿De qué depende que los ayuntamientos cuenten con la capacidad de respuesta ante el cúmulo de necesidades y compromisos contraídos? Hay quienes todo lo reducen a la escasez de recursos presupuestales. Otros más críticos hacen ver que dada la pésima administración municipal que priva en la mayoría de los casos, ningún presupuesto será suficiente.
Al respecto algunos funcionarios federales  señalan que el problema es que “todo se encuentra muy suelto”, los gobiernos estatales son “virreinatos” que se administran “a su manera” y los municipios cacicazgos locales  a los cuales la transparencia y la rendición de cuentas importa muy poco sin que los órganos fiscalizadores hagan algo efectivo que detenga el saqueo y castigue sin distingos.
Como se puede apreciar hay más preguntas que respuestas. Sin embargo las posibilidades reales de los gobiernos locales se encuentran ante de hechos contundentes de los que poco  se habla como por ejemplo:
1.-Los recursos presupuestales de los ayuntamientos jamás han alcanzado ni alcanzarán para atender tantas necesidades acumuladas y menos con administraciones ineficientes y obsoletas penetradas por toda clase de intereses personales o de grupo.
2.- Debido al régimen fiscal existente en México y dada la precaria recaudación municipal, la capacidad financiera de los ayuntamientos depende en alto grado de los recursos que les asigna la federación.
3. En la Cámara de Diputados como en informes de la Auditoria Superior de la Federación se ha hecho evidente la existencia de subejercicios tanto por parte de Fondos y dependencias federales como de partidas asignadas a gobiernos de los estados. Por si fuera poco son numerosas las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación que no han sido solventadas.
4. La federación ha desarrollado y perfeccionado la normatividad para el acceso a fondos y programas (100 aproximadamente a través de 8 dependencias destacando la SEDESOL). ¡Todo “un tesoro” de recursos autorizados por la Cámara de Diputados lástima que sin capacitación y equipos especializados de gestión muy pocos son los ayuntamientos que logran “bajar” esos recursos federales! (En algunos estados se han impartido cursos para ese fin específico, no es el caso de Veracruz)
5. Con el gobierno del Presidente Felipe Calderón la política de besuconería, berrinche y planchada que tan bien funcionó en tiempos de Vicente Fox, ¡se acabó! Al parecer hoy son otras las condiciones y los acuerdos. Por lo tanto, si un alcalde percibe discriminación en el acceso a programas estatales o federales, tiene dos opciones: a) se queda calladito porque puede quedar en vergüenza de incapaz de presentar proyectos y gestionarlos o b) tendrá que inconformarse por la vía institucional. Lo mismo a nivel gobierno del estado-federación.
6. Los alcaldes de Veracruz deberían aprender y en poco tiempo la lección tal y como lo han hecho otros por ejemplo de San Luis Potosí. Ellos recientemente decidieron unirse en grupos por regiones y conurbados al margen de partidismos, demandaron al gobierno federal capacitación especializada en materia de fondos y programas ¿y qué cree? ¡ la recibieron!
Desde las mesas de trabajo de aquella experiencia de capacitación y en forma práctica, autoridades federales, estatales y municipales procedieron a la integración de expedientes y tramites. El arranque fue en equipo y con todo el apoyo del Gobierno del Presidente Felipe Calderón. O sea ¡con la asesoría de los titulares de las dependencias autoras y operadoras de las reglas de operación de fondos y programas. ¡Esas son ganas de apoyar! Lo demás es burocracia y burocratismo.
El subejercicio presupuestal como el paternalismo es un fenómeno resultado de una relación de más de dos: el que lo promueve y el que lo permite por incapacidad administrativa, política y/o de gestión. Comentarios: romeo-gonzalez@hotmail.com