lunes, 9 de mayo de 2011

Diario de un reportero

* El reportero indeseable
* La exclusiva periodística
* Reportear a reporteros



Luis Velázquez Rivera

Sábado
Ricardo Ravelo, amenazado


El reportero de Proceso, Ricardo Ravelo Galo, originario de Carlos A. Carrillo, municipio enclavado en la Cuenca del Papaloapan, ha sido amenazado de muerte. 

 Y si se considera que durante los últimos 15 años Ravelo ha escrito sobre la delincuencia organizada y ha publicado cinco libros sobre los barones de la droga, entonces, y por añadidura, los primeros sospechosos son los narcos.

 Se trata, en Proceso, del segundo periodista en el ojo del huracán, pues el anterior, Alejandro Gutiérrez, decidió exiliarse en España, donde reportea para el semanario fundado por don Julio Scherer García.

 Ravelo vuelve a los titulares nacionales, luego de que el noticiero estelar de Televisa, a cargo de Joaquín López Dóriga, lo acusara de haber recibido cantidad millonaria en dólares de ‘’El grande’’, uno de los narcocabecillas del país, preso en Almoloya.

 Aquí, en Veracruz, se estima, se quiere y admira a Ravelo, egresado de la facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana.




DOMINGO 

El periodista indeseable


Günter Wallraff es un reportero alemán. Acaba de publicar su último libro, ‘’Con los perdedores del mejor de los mundos’’, ‘’en que descubre los hilos ocultos de la sociedad, denunciando injusticias sufridas por trabajadores en ciudades desarrolladas’’.

 Wallraff ha publicado en México, editorial Anagrama, entre otros títulos, Cabeza de turco y El periodista indeseable.

 En el siglo pasado, renovó el periodismo en el mundo cuando decidió vivir en carne propia las historias que publicaba y se disfrazaba adoptando la identidad de la persona a reportear.
Incluso, llegó hasta operarse de la nariz, la boca y la quijada para que nadie lo conociera y pudiera reportear con seguridad y tranquilidad.

 Se disfrazó de obrero aplicándose cirugía plástica, y se empleó de albañil en la industria de la construcción.

 Se contrató de chofer de un magnate empresarial y político para conocer, aparte de la cúpula en el poder, negocios, pactos y acuerdos en lo oscurito.

 Se operó una vez más la cara para contratarse de reportero en un periódico alemán, Building, el más sensacionalista de Europa, y cuyos editores maquillan las noticias de acuerdo con sus intereses y conveniencia.

 Wallraf ha marcado un parteaguas en la historia del periodismo, como en 1920, John Reed, quien antes de cumplir 30 años cronicó la revolución mexicana al lado de Pancho Villa, y luego, la revolución rusa, al lado de Lenin, y muriera a los 33 años de edad de tifo.


LUNES


Las grandes exclusivas


Director de Excélsior y el semanario Proceso, don Julio Scherer García reporteaba, entre otras técnicas, con la siguiente estrategia:

 La elite política y empresarial de la ciudad de México peleaba su amistad, y don Julio se inscribió en un lujoso centro deportivo, donde todos los días nadaba en la alberca olímpica, y en donde también se ejercitaban los poderosos de su tiempo.

 Y luego de nadar, en el reposo, en el inter, Scherer reporteaba tips, pistas, hechos, señales, entre todos ellos.

 Los políticos querían reportear a don Julio, pero don Julio ganaba el brinco.

 Algunas veces, unos y otros tomaban sus copitas para que la lengua se aflojara, y luego de comer, don Julio se retiraba y pasaba a un baño de vapor para ahuyentar las malas vibras etílicas.

 Así, llegaba fresquecito a la redacción de Excélsior, armado de misiles informativos, para distribuir entre los reporteros el montón de temas, asuntos exclusivos, picosos, que había logrado en el club deportivo.

 Por eso el prestigio de Excélsior y Proceso, a partir de las grandes exclusivas de don Julio.


MARTES
Reportear Internet


En el diario Reforma, el reportero Ignacio Rodríguez Reyna llegaba temprano, y luego de saludar, sonriente, feliz, a los compañeros de trabajo, sentaba frente a la computadora donde trabajaba durante dos, tres, cuatro horas, navegando en Internet.

 Primero, leía los periódicos (de su preferencia) de la ciudad de México y los periódicos del país para informarse de los hechos.

 Luego, buscaba información, rastreaba pistas, checaba tips que le habían pasado y/o detectado entrelíneas, temas, asuntos que documentaba a partir del dato privilegiado.

En la libreta de taquigrafía anotaba palabras y datos claves que sirvieran como punto de partida para el reportaje, la crónica, el periodismo de investigación.

 Rodríguez Reyna se anticipaba a muchos, muchísimos años de lo que hoy se llama ‘’Periodismo de datos’’, basado, entre otras fuentes, en el Internet, donde, ciertamente, hay montañas de paja, pero en donde está todo, las exclusivas, lo único que rinde cuentas del paso de un reportero en la vida.

 Nacho descubrió historias explosivas que Reforma publicó en portada, a ocho columnas, y que incluso lo llevaron al otro extremo del mundo para documentar la noticia.

 Años después, ni modo, Rodríguez Reyna saldría de Reforma y agarraría su camino con la revista emeequis, la única que ha obtenido un montón de premios nacionales e internacionales.


MIÉRCOLES
Reportear a reporteros


Elías Chávez, el maestro del reportaje político en Proceso, rastreaba pistas de la siguiente manera:

 Enviado especial de Proceso en México y América Latina, se documentaba del asunto que el jefe había encargado, además, claro, de contar ya con información exclusiva, el tip.

 Luego, viajaba a la ciudad correspondiente y antes de seguir la pista al hecho, platicaba (muchas veces con botellas de licor y copitas acumuladas en un rincón de la mesa) con los reporteros de provincia para continuar explorando la noticia.

 Después, eufórico exclamaba:
‘’El reportaje está armado. Ahora, vamos a checar los datos y tomar las fotografías’’.

 En aquellos tiempos, Elías Chávez (el maestro, el amigo, el líder, el jefe) afirmaba que nadie sabe y conoce la historia de los pueblos del país como el reportero local.

 Elías, en consecuencia, reporteaba a reporteros, a quienes, unas veces, había seguido la pista leyendo el periódico de provincia, y otra, se los habían recomendado compañeros de Excélsior, primero, y Proceso, después.



JUEVES
Nunca lo tentó el poder

 Perseguido por el dictador Porfirio Díaz Mori (33 años en el poder), exiliado en Estados Unidos, Ricardo Flores Magón (41 veces en la cárcel por órdenes de Díaz) escribía a los amigos desde su exilio en Estados Unidos pidiendo le enviaran ejemplares de los periódicos críticos publicados en México.

 Los amigos, generosos, leales, fieles, remitían cada semana, cada mes, según podían, los ejemplares.

 Flores Magón se informaba así de la situación en el México convulsionado de 1900.

 Después se reunía con los amigos que formaban el Partido Liberal y escuchaba quejas, demandas, inconformidades, denuncias, protestas, huelgas, que los compañeros narraban y Flores Magón seguía documentándose.

 Luego, reflexionaba con la gente de su primer círculo los hechos y las circunstancias.

 Y únicamente entonces se sentaba frente a la máquina de escribir para teclear tres, cuatro, cinco horas seguidas, hasta que el cansancio lo vencía.

 Reportero de ideales, principios y convicciones.

 Padecía indignación crónica ante la dictadura de Díaz, la miseria, la pobreza, la desigualdad social, la injusticia, los atropellos, los crímenes, los asesinatos, los hacendados millonarios, etcétera.

 Murió de tifo en una cárcel de Estados Unidos, donde cumplía una condena de veinte años.
Flores Magón está por encima de Francisco Zarco. Magón nunca aceptó un cargo público. Zarco fue tentado por los políticos de la época.


VIERNES
Los jefes


Un sobrino de Jorge Malpica Martínez, entonces subdirector de El Dictamen, fue privado de su libertad y encarcelado en el penal de Allende. La familia pidió a Jorge hablara con el gobernador Agustín Acosta Lagunes para el perdón oficial y la libertad inmediata.

 Días después, Jorge llegaba a la residencia del gobernador en el fraccionamiento Las Animas, de Xalapa.

 -“Hola, Jorge, ¿cómo estás?”, exclamó don Agustín, extendiendo la mano, la sonrisa fácil. “Dime, ¿en qué te puedo servir?”

 El subdirector del decano expuso las razones de la audiencia privada y antes de que tomara el primer trago de cafecito negro, Acosta Lagunes lo interrumpió y dijo:

 -“Mira, Jorge, yo pasaré a la historia como el jefe de La Sonora Matancera, y tú, en cambio, como el jefe de La banda del coche gris” (en alusión a que el familiar de Jorge Malpica era acusado de roba-carros, entre otras linduras).

 Encabritado, molesto, Jorge Malpica se levantó del sofá y dijo a su acompañante:
‘’Vámonos’’.

 Y los dos se fueron.