En México, el Observatorio Eclesial consideró que se trata de un “show mediático”, pues se considera que se utiliza a los fieles mexicanos para demostrar que la Iglesia Católica tiene poder y puede convocar a multitudes, quienes necesitan tener una imagen religiosa en quien creer ante la pérdida de valores y de fieles que registran.
México.- La beatificación de Juan Pablo II (1920-2005), que se realizó en una solemne ceremonia en la plaza de San Pedro del Vaticano, se ubica en medios de múltiples críticas en parte por la aceleración del proceso y la persistente indignación por el abuso sexual de menores por parte de sacerdotes y su encubrimiento por la jerarquía eclesiástica durante los 27 años de su pontificado.
Desde que el Vaticano dio el anuncio de la beatificación, en Roma 13 teólogos, así como profesores católicos de Europa y América Latina, iniciaron una campaña contra esta decisión pues afirman que el Papa encubrió a pederastas como Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, además de ejercer presión contra la Teología de la Liberación, bloquear a las Comunidades de Base y negarse al diálogo con los fieles comprometidos con la justicia evangélica, por lo que recabarán firmas a escala mundial.
Algunos de los firmantes del manifiesto “Llamada a la claridad” se encuentran el sacerdote Casimir Martí; el escolapio Ramón María Nogués, el profesor de la Universitat de Barcelona Jaume Botey, Juan José Tamayo, fundador de la Asociación de Teólogos Juan XXIII; Casiano Floristán, profesor emérito de la Universidad Pontificia de Salamanca, y Rosa Cursach, teóloga mallorquina.
También se dio fe de “los aspectos positivos de su pontificado, como fue el compromiso por la paz o la tentativa de admitir las culpas históricas”.
En el texto se detallan algunos puntos, que ponen en duda la beatificación de Karol Wojtyla:
- La tenaz oposición a considerar, a la luz del Evangelio, la ciencia y la historia, algunas normativas de ética sexual;
- La dura confirmación del celibato eclesiástico;
- El rechazo a discutir en forma seria y profunda la condición de la mujer en la Iglesia;
- La “no aplicación” de imaginarias “normas establecidas por el Concilio Vaticano II para una mayor democracia interna” y;
- La “represión” de los teólogos de la liberación marxista en América Latina.
También se cuestiona la beatificación “Fast track” que se realizó; precisan posibles intereses ocultos de la alta jerarquía vaticana para llevarla a cabo.
En México, el Observatorio Eclesial consideró que se trata de un “show mediático”, pues se utiliza a los fieles mexicanos para demostrar que la Iglesia Católica tiene poder y puede convocar a multitudes quienes necesitan tener una imagen religiosa en quien creer ante la pérdida de valores y de fieles que registran.
El pontífice manejó las dos caras de la religión; por un lado se reunía con las masas católicas y acallaba a los obispos comprometidos con los pobres, y por el otro sostuvo vínculos con gobiernos dictatoriales, sostuvieron el teólogo Jaime Laines, Lucila Servitje, Gabriela Cuevas y Alicia Mesa.
Como ejemplo, recuerdan, fue América Latina en las décadas de los 80s y 70s y negó audiencias a obispos como Sergio Méndez Arceo, de Cuernavaca y Oscar Arnulfo Romero de El Salvador.
El Observatorio Eclesial es integrado por Católicas por el Derecho a Decidir, el Centro de Comunicación Social (Cencos), Centro de Estudios Ecuménicos, Sicsal, Centro Antonio de Montesinos y Colectivo Alas que realiza un análisis crítico del acontecer de la Iglesia católica desde hace varios años y participa en la red Amerindia, que reúne a teólogos de América Latina como Leonardo Boff.
Con información de Ma. Eugenia Jiménez
México.- La beatificación de Juan Pablo II (1920-2005), que se realizó en una solemne ceremonia en la plaza de San Pedro del Vaticano, se ubica en medios de múltiples críticas en parte por la aceleración del proceso y la persistente indignación por el abuso sexual de menores por parte de sacerdotes y su encubrimiento por la jerarquía eclesiástica durante los 27 años de su pontificado.
Desde que el Vaticano dio el anuncio de la beatificación, en Roma 13 teólogos, así como profesores católicos de Europa y América Latina, iniciaron una campaña contra esta decisión pues afirman que el Papa encubrió a pederastas como Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, además de ejercer presión contra la Teología de la Liberación, bloquear a las Comunidades de Base y negarse al diálogo con los fieles comprometidos con la justicia evangélica, por lo que recabarán firmas a escala mundial.
Algunos de los firmantes del manifiesto “Llamada a la claridad” se encuentran el sacerdote Casimir Martí; el escolapio Ramón María Nogués, el profesor de la Universitat de Barcelona Jaume Botey, Juan José Tamayo, fundador de la Asociación de Teólogos Juan XXIII; Casiano Floristán, profesor emérito de la Universidad Pontificia de Salamanca, y Rosa Cursach, teóloga mallorquina.
También se dio fe de “los aspectos positivos de su pontificado, como fue el compromiso por la paz o la tentativa de admitir las culpas históricas”.
En el texto se detallan algunos puntos, que ponen en duda la beatificación de Karol Wojtyla:
- La tenaz oposición a considerar, a la luz del Evangelio, la ciencia y la historia, algunas normativas de ética sexual;
- La dura confirmación del celibato eclesiástico;
- El rechazo a discutir en forma seria y profunda la condición de la mujer en la Iglesia;
- La “no aplicación” de imaginarias “normas establecidas por el Concilio Vaticano II para una mayor democracia interna” y;
- La “represión” de los teólogos de la liberación marxista en América Latina.
También se cuestiona la beatificación “Fast track” que se realizó; precisan posibles intereses ocultos de la alta jerarquía vaticana para llevarla a cabo.
En México, el Observatorio Eclesial consideró que se trata de un “show mediático”, pues se utiliza a los fieles mexicanos para demostrar que la Iglesia Católica tiene poder y puede convocar a multitudes quienes necesitan tener una imagen religiosa en quien creer ante la pérdida de valores y de fieles que registran.
El pontífice manejó las dos caras de la religión; por un lado se reunía con las masas católicas y acallaba a los obispos comprometidos con los pobres, y por el otro sostuvo vínculos con gobiernos dictatoriales, sostuvieron el teólogo Jaime Laines, Lucila Servitje, Gabriela Cuevas y Alicia Mesa.
Como ejemplo, recuerdan, fue América Latina en las décadas de los 80s y 70s y negó audiencias a obispos como Sergio Méndez Arceo, de Cuernavaca y Oscar Arnulfo Romero de El Salvador.
El Observatorio Eclesial es integrado por Católicas por el Derecho a Decidir, el Centro de Comunicación Social (Cencos), Centro de Estudios Ecuménicos, Sicsal, Centro Antonio de Montesinos y Colectivo Alas que realiza un análisis crítico del acontecer de la Iglesia católica desde hace varios años y participa en la red Amerindia, que reúne a teólogos de América Latina como Leonardo Boff.
Con información de Ma. Eugenia Jiménez