Filiberto Vargas Rodríguez
Pasivos y manzanas
No, señor secretario, no hace falta tener Maestría en Economía Política Internacional para saber que sí se pueden contar peras y manzanas a la vez. El concepto sería: Frutos.
Pasivo fijo y pasivo circulante parten de un mismo concepto: Deuda.
¿Acaso se empeñará –como lo hicieron sus antecesores- en negar que la bursatilización es deuda?
A mi qué me importa que el Estado de México, el Distrito Federal o Coahuila deban más que Veracruz. Lo que yo quiero es que los servidores públicos de esta entidad, esos que ganan jugosos salarios, producto de nuestros impuestos, manejen las finanzas públicas con honestidad y transparencia.
Si desde ahora me viene con cuentos chinos, entonces tocará no creerle nada, ni siquiera su compromiso de rescatar 10 mil millones de pesos este año, con 6 mil millones de ahorro en la economía doméstica y 4 mil millones por la captación adicional de contribuciones.
Pero si usted no quiere decir la verdad sobre la situación financiera de la entidad, será necesario encontrarla en otros lados.
Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las “obligaciones financieras” (según la Real Academia Española de la Lengua, deuda significa “obligación que alguien tiene de pagar, satisfacer o reintegrar a otra persona algo, por lo común dinero”) de Veracruz hasta diciembre del 2010 eran de 21 mil millones 499 mil 900 pesos. El dato, según la propia dependencia federal, está sustentado en “información proporcionada por las Entidades Federativas”.
En ese mismo reporte se señala que un año antes, en diciembre del 2009, las obligaciones financieras de Veracruz eran de nueve mil 331 millones 200 mil pesos, es decir, la deuda de Veracruz creció en un año a más del doble.
Vayamos a otra fuente de información:
La empresa calificadora Fitch Ratings, que bajó la calificación crediticia de Veracruz, señaló en su comunicado del 16 de marzo del 2011: “Al día de hoy, las obligaciones totales de largo plazo consideradas y estimadas por Fitch, ascienden a poco más de $17,250 mdp, compuesta por $10,000 mdp de créditos bancarios que fueron contratados y dispuestos a finales de 2010 y $7,250 de saldo insoluto de las emisiones bursátiles VRZCB 06U y VRZCB 06. Asimismo, los pasivos no bancarios se han incrementado en forma considerable durante los últimos años, al pasar de $3,323 mdp en 2006 a $16,325 mdp en 2010”.
En el diagnóstico del Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016 (en el que debió haber participado Tomás Ruiz González, secretario de Finanzas y Planeación) se admite que Veracruz tiene “obligaciones financieras integradas por el financiamiento bancario directo y las emisiones bursátiles” por 19 mil 196 millones de pesos, mientras que los “pasivos circulantes” alcanzaban los 16 mil 200 millones al cierre del 2010.
Vayamos por partes.
El abogado con Maestría en Economía Política tacha de ignorantes a los comunicadores y las advierte que el pasivo circulante no es deuda y que es “algo normal” que se registre en cada cambio de administración.
“El pasivo circulante es una cuenta por pagar, relacionado con obras que se están llevando a cabo y que se tiene que ir pagando conforme se vayan presentando los avances”.
No estoy muy seguro, pero parece que es en el primer semestre de la carrera de Comercio, cuando le enseñan al alumno los conceptos de activo, pasivo y capital, así como sus derivaciones.
Ahí les enseñan que en contabilidad, el pasivo circulante (también conocido como pasivo exigible a corto plazo) es la parte que contiene las obligaciones a corto plazo de la empresa. Se entiende por “corto plazo” un periodo de vencimiento inferior a un año.
Resulta que las “cuentas por pagar”, que según el secretario de Finanzas “están en revisión por la Contraloría del Estado”, datan desde el 2008 (no uno, no dos, sino ¡tres años! ¿Eso se sigue considerando “corto plazo”?).
Y resulta que esas cuentas por pagar ya fueron revisadas y autorizadas en su momento, por lo que el argumento de que “están en revisión”, no es más que una táctica dilatoria, para no admitir lo evidente: No hay dinero para pagar.
Las peras y las manzanas, los pasivos fijos y los pasivos circulantes, sí se pueden sumar, señor Secretario.
En esta exigencia no hay afanes políticos, sino el reclamo social por conocer con claridad, sin maquillaje, el cochinero que nos dejó la anterior administración y que está parece querer enterrar.
Pasivos y manzanas
No, señor secretario, no hace falta tener Maestría en Economía Política Internacional para saber que sí se pueden contar peras y manzanas a la vez. El concepto sería: Frutos.
Pasivo fijo y pasivo circulante parten de un mismo concepto: Deuda.
¿Acaso se empeñará –como lo hicieron sus antecesores- en negar que la bursatilización es deuda?
A mi qué me importa que el Estado de México, el Distrito Federal o Coahuila deban más que Veracruz. Lo que yo quiero es que los servidores públicos de esta entidad, esos que ganan jugosos salarios, producto de nuestros impuestos, manejen las finanzas públicas con honestidad y transparencia.
Si desde ahora me viene con cuentos chinos, entonces tocará no creerle nada, ni siquiera su compromiso de rescatar 10 mil millones de pesos este año, con 6 mil millones de ahorro en la economía doméstica y 4 mil millones por la captación adicional de contribuciones.
Pero si usted no quiere decir la verdad sobre la situación financiera de la entidad, será necesario encontrarla en otros lados.
Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las “obligaciones financieras” (según la Real Academia Española de la Lengua, deuda significa “obligación que alguien tiene de pagar, satisfacer o reintegrar a otra persona algo, por lo común dinero”) de Veracruz hasta diciembre del 2010 eran de 21 mil millones 499 mil 900 pesos. El dato, según la propia dependencia federal, está sustentado en “información proporcionada por las Entidades Federativas”.
En ese mismo reporte se señala que un año antes, en diciembre del 2009, las obligaciones financieras de Veracruz eran de nueve mil 331 millones 200 mil pesos, es decir, la deuda de Veracruz creció en un año a más del doble.
Vayamos a otra fuente de información:
La empresa calificadora Fitch Ratings, que bajó la calificación crediticia de Veracruz, señaló en su comunicado del 16 de marzo del 2011: “Al día de hoy, las obligaciones totales de largo plazo consideradas y estimadas por Fitch, ascienden a poco más de $17,250 mdp, compuesta por $10,000 mdp de créditos bancarios que fueron contratados y dispuestos a finales de 2010 y $7,250 de saldo insoluto de las emisiones bursátiles VRZCB 06U y VRZCB 06. Asimismo, los pasivos no bancarios se han incrementado en forma considerable durante los últimos años, al pasar de $3,323 mdp en 2006 a $16,325 mdp en 2010”.
En el diagnóstico del Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016 (en el que debió haber participado Tomás Ruiz González, secretario de Finanzas y Planeación) se admite que Veracruz tiene “obligaciones financieras integradas por el financiamiento bancario directo y las emisiones bursátiles” por 19 mil 196 millones de pesos, mientras que los “pasivos circulantes” alcanzaban los 16 mil 200 millones al cierre del 2010.
Vayamos por partes.
El abogado con Maestría en Economía Política tacha de ignorantes a los comunicadores y las advierte que el pasivo circulante no es deuda y que es “algo normal” que se registre en cada cambio de administración.
“El pasivo circulante es una cuenta por pagar, relacionado con obras que se están llevando a cabo y que se tiene que ir pagando conforme se vayan presentando los avances”.
No estoy muy seguro, pero parece que es en el primer semestre de la carrera de Comercio, cuando le enseñan al alumno los conceptos de activo, pasivo y capital, así como sus derivaciones.
Ahí les enseñan que en contabilidad, el pasivo circulante (también conocido como pasivo exigible a corto plazo) es la parte que contiene las obligaciones a corto plazo de la empresa. Se entiende por “corto plazo” un periodo de vencimiento inferior a un año.
Resulta que las “cuentas por pagar”, que según el secretario de Finanzas “están en revisión por la Contraloría del Estado”, datan desde el 2008 (no uno, no dos, sino ¡tres años! ¿Eso se sigue considerando “corto plazo”?).
Y resulta que esas cuentas por pagar ya fueron revisadas y autorizadas en su momento, por lo que el argumento de que “están en revisión”, no es más que una táctica dilatoria, para no admitir lo evidente: No hay dinero para pagar.
Las peras y las manzanas, los pasivos fijos y los pasivos circulantes, sí se pueden sumar, señor Secretario.
En esta exigencia no hay afanes políticos, sino el reclamo social por conocer con claridad, sin maquillaje, el cochinero que nos dejó la anterior administración y que está parece querer enterrar.