Filiberto Vargas Rodríguez
Hay que saber mentir
Si algo caracterizó a Fidel Herrera Beltrán en sus seis años de gobierno, fue su obsesiva propensión a mentir.
Fidel Herrera es un mitómano consumado.
Mintió aunque no hiciera falta y así fue como llevó el gobierno de Veracruz. La mentira fue su sello y la dominó hasta hacerse experto.
La mentira le dio para concluir los seis años y dejar a su sucesor. Le dio para generar la más grande deuda en la historia de Veracruz y que hasta ahora nadie haya, ni siquiera insinuado, la posibilidad de llevarlo a los tribunales.
Una a una, todas sus mentiras se han ido cayendo, pero eso es algo que ya él había calculado.
A nadie le gusta un gobernante embustero, y esa actitud no puede elogiarse, aunque hay que reconocer su sagacidad y su perversidad en ese rubro.
El problema es que les dejó a sus sucesores la falsa idea (¿habrá sido otra de sus falsedades?) de que mentir es fácil y que el Poder los cobija para inventar cualquier barbaridad.
Muy pronto van a entender que no es así.
Las mentiras en la actual administración han sido burdas, sin consenso previo, como “ocurrencias” que después no han podido sostener.
Se mintió al prometerles a los veracruzanos -desde los tiempos de campaña- que ya no pagarían el impuesto a la tenencia vehicular. Muy pronto, en las primeras horas de su gobierno, tuvieron que corregir y admitir que por “los problemas de liquidez” que vivía la administración estatal, lo prometido no se iba a poder concretar.
El mismo día de la toma de posesión del nuevo Gobierno se volvió a mentir. El Gobernador Javier Duarte de Ochoa viajó a Tuxpan a colocar la primera piedra de lo que será la autopista Tuxpan – Tampico. Hoy, 93 días después, lo único que se hecho ha sido colocar esa primera piedra.
Se mintió cuando se dijo que no se le debía al IPE, y fueron los propios líderes sindicales los que sacaron a relucir los rezagos en esa materia.
Mintieron cuando quisieron negar que los secuestradores detenidos en Puebla fueran elementos activos de la Policía estatal, hecho que confirmó la Procuraduría de Justicia de aquella entidad.
Y justo esta semana otras dos mentiras fueron exhibidas por los medios de comunicación, que ya no “se chupan el dedo”.
El propio Gobernador Javier Duarte de Ochoa habló ante los medios de comunicación sobre la liberación del ex alcalde de Tierra Blanca, José Alfredo Osorio Medina, luego de que fuera secuestrado de su domicilio, en el centro de la cabecera municipal.
Duarte de Ochoa dijo que el ex alcalde retornó sin problemas de salud y sin signos de haber sido torturado o golpeado. Agregó que su búsqueda y localización se debió “a la fuerza de Estado”.
El propio secretario general de Gobierno, el expanista Gerardo Buganza Salmerón declaró a Telever que la liberación de Medina Osorio se había dado gracias a un operativo de la Secretaría de Seguridad Pública y sin la pagar rescate.
Unas horas después, en el puerto de Veracruz, el encargado del despacho de la Procuraduría de Justicia, Reynaldo Escobar Pérez, los desmintió.
El espurio Procurador señaló que la familia del ex alcalde de Tierra Blanca, Alfredo Osorio, “llegó a un acuerdo económico” con los secuestradores para que lo liberaran.
“Se le mandó el grupo antisecuestros para que apoyaran en la negociación de su liberación, lo rechazaron, se le localizó en Cuitláhuac al vehículo donde fue levantado y después se nos avisó que ellos habían resuelto el asunto mediante una negociación al parecer de tipo económica”.
¿Una mentira más?
El 23 de febrero el gobernador Javier Duarte de Ochoa informó que el retraso en la construcción del Túnel Sumergido de Coatzacoalcos se debió a que en las excavaciones dónde se ubicará se detectó un vestigio arqueológico por lo cual el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), determinó detener los trabajos por un promedio de diez meses.
"Tiene un retraso en el tiempo, obra que debió haber sido concluida, entre otras cosas porque donde decidieron construir el dique seco está el Túnel, encontraron vestigios y el Instituto Nacional de Antropología retrasó la obra diez meses, hemos tenido circunstancias de flujos que no han sido los que esperábamos para la construcción de esa obra".
Se entiende que en este caso el mandatario estatal pudo haber sido sorprendido por uno de sus colaboradores, el ratificado secretario de Comunicaciones, José Guillermo Herrera, quien fue el primero en atribuir al INAH la responsabilidad del retraso.
La delegada del INAH en la entidad, Patricia Castillo, dijo que desde hace más de año y medio su personal concluyó los estudios de los vestigios que se detectaron en la zona donde se construye el Túnel Sumergido de Coatzacoalcos, por lo que los trabajos pudieron continuar desde ese entonces.
“Los trabajos de arqueología fueron muy pequeños, sólo en un 10 por ciento del terreno; la modificación que se hizo a la obra derivado de estas excavaciones fue mínima”, explicó.
Existe la falsa percepción entre los gobernantes de que la sociedad no debe saber todo lo que hacen quienes están al frente de las instancias del servicio público. “Se trata de que conozcan la salchicha, no el procedimiento para su fabricación”, explica un viejo político.
Los que hoy nos gobiernan son los nuevos políticos, las nuevas generaciones, los que –supuestamente- deberían acabar con esos vicios.
Decir que no pasa nada, que Veracruz está “más fuerte que nunca” y que quienes dicen lo contrario “están locos o resentidos”, es faltar al primer gran compromiso con su generación: La transparencia.
Hay que saber mentir
Si algo caracterizó a Fidel Herrera Beltrán en sus seis años de gobierno, fue su obsesiva propensión a mentir.
Fidel Herrera es un mitómano consumado.
Mintió aunque no hiciera falta y así fue como llevó el gobierno de Veracruz. La mentira fue su sello y la dominó hasta hacerse experto.
La mentira le dio para concluir los seis años y dejar a su sucesor. Le dio para generar la más grande deuda en la historia de Veracruz y que hasta ahora nadie haya, ni siquiera insinuado, la posibilidad de llevarlo a los tribunales.
Una a una, todas sus mentiras se han ido cayendo, pero eso es algo que ya él había calculado.
A nadie le gusta un gobernante embustero, y esa actitud no puede elogiarse, aunque hay que reconocer su sagacidad y su perversidad en ese rubro.
El problema es que les dejó a sus sucesores la falsa idea (¿habrá sido otra de sus falsedades?) de que mentir es fácil y que el Poder los cobija para inventar cualquier barbaridad.
Muy pronto van a entender que no es así.
Las mentiras en la actual administración han sido burdas, sin consenso previo, como “ocurrencias” que después no han podido sostener.
Se mintió al prometerles a los veracruzanos -desde los tiempos de campaña- que ya no pagarían el impuesto a la tenencia vehicular. Muy pronto, en las primeras horas de su gobierno, tuvieron que corregir y admitir que por “los problemas de liquidez” que vivía la administración estatal, lo prometido no se iba a poder concretar.
El mismo día de la toma de posesión del nuevo Gobierno se volvió a mentir. El Gobernador Javier Duarte de Ochoa viajó a Tuxpan a colocar la primera piedra de lo que será la autopista Tuxpan – Tampico. Hoy, 93 días después, lo único que se hecho ha sido colocar esa primera piedra.
Se mintió cuando se dijo que no se le debía al IPE, y fueron los propios líderes sindicales los que sacaron a relucir los rezagos en esa materia.
Mintieron cuando quisieron negar que los secuestradores detenidos en Puebla fueran elementos activos de la Policía estatal, hecho que confirmó la Procuraduría de Justicia de aquella entidad.
Y justo esta semana otras dos mentiras fueron exhibidas por los medios de comunicación, que ya no “se chupan el dedo”.
El propio Gobernador Javier Duarte de Ochoa habló ante los medios de comunicación sobre la liberación del ex alcalde de Tierra Blanca, José Alfredo Osorio Medina, luego de que fuera secuestrado de su domicilio, en el centro de la cabecera municipal.
Duarte de Ochoa dijo que el ex alcalde retornó sin problemas de salud y sin signos de haber sido torturado o golpeado. Agregó que su búsqueda y localización se debió “a la fuerza de Estado”.
El propio secretario general de Gobierno, el expanista Gerardo Buganza Salmerón declaró a Telever que la liberación de Medina Osorio se había dado gracias a un operativo de la Secretaría de Seguridad Pública y sin la pagar rescate.
Unas horas después, en el puerto de Veracruz, el encargado del despacho de la Procuraduría de Justicia, Reynaldo Escobar Pérez, los desmintió.
El espurio Procurador señaló que la familia del ex alcalde de Tierra Blanca, Alfredo Osorio, “llegó a un acuerdo económico” con los secuestradores para que lo liberaran.
“Se le mandó el grupo antisecuestros para que apoyaran en la negociación de su liberación, lo rechazaron, se le localizó en Cuitláhuac al vehículo donde fue levantado y después se nos avisó que ellos habían resuelto el asunto mediante una negociación al parecer de tipo económica”.
¿Una mentira más?
El 23 de febrero el gobernador Javier Duarte de Ochoa informó que el retraso en la construcción del Túnel Sumergido de Coatzacoalcos se debió a que en las excavaciones dónde se ubicará se detectó un vestigio arqueológico por lo cual el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), determinó detener los trabajos por un promedio de diez meses.
"Tiene un retraso en el tiempo, obra que debió haber sido concluida, entre otras cosas porque donde decidieron construir el dique seco está el Túnel, encontraron vestigios y el Instituto Nacional de Antropología retrasó la obra diez meses, hemos tenido circunstancias de flujos que no han sido los que esperábamos para la construcción de esa obra".
Se entiende que en este caso el mandatario estatal pudo haber sido sorprendido por uno de sus colaboradores, el ratificado secretario de Comunicaciones, José Guillermo Herrera, quien fue el primero en atribuir al INAH la responsabilidad del retraso.
La delegada del INAH en la entidad, Patricia Castillo, dijo que desde hace más de año y medio su personal concluyó los estudios de los vestigios que se detectaron en la zona donde se construye el Túnel Sumergido de Coatzacoalcos, por lo que los trabajos pudieron continuar desde ese entonces.
“Los trabajos de arqueología fueron muy pequeños, sólo en un 10 por ciento del terreno; la modificación que se hizo a la obra derivado de estas excavaciones fue mínima”, explicó.
Existe la falsa percepción entre los gobernantes de que la sociedad no debe saber todo lo que hacen quienes están al frente de las instancias del servicio público. “Se trata de que conozcan la salchicha, no el procedimiento para su fabricación”, explica un viejo político.
Los que hoy nos gobiernan son los nuevos políticos, las nuevas generaciones, los que –supuestamente- deberían acabar con esos vicios.
Decir que no pasa nada, que Veracruz está “más fuerte que nunca” y que quienes dicen lo contrario “están locos o resentidos”, es faltar al primer gran compromiso con su generación: La transparencia.